También, brindaremos los debidos antecedentes acerca de estos trastornos. En primer lugar, se abordará el TDAH. En las primeras investigaciones, sobre esta condición, Hoffman (1845) fue señalado como el primer autor que describe a un niño con TDAH incapaz de mantenerse quieto cuando está sentado. Según Bournerville (1887), los niños con TDAH se caracterizan por poseer una inquietud física y psíquica exagerada, con un poco de retraso mental. Al mismo tiempo, los llama "niños inestables". Still (1902) afirmaba que este trastorno en los niños no se debía a la mala crianza ni a una instrucción moral inadecuada, sino que se debía a factores de herencia biológica o a una lesión cerebral. Demoor (1901) los describe como niños con un comportamiento muy hábil, pero con dificultades al prestar atención. Hohman, Kant y Cohen (1934) describieron al TDAH como un "síndrome de lesión cerebral humana" o "síndrome de impulsividad orgánica". En segundo lugar, el autismo es otro concepto que abordaremos. Kanner (1957) fue considerado en pionero en la literatura existente sobre este trastorno. Su investigación es fundamental para poder comprenderlo. Él describe el autismo como un síndrome del comportamiento, el cual se manifiesta por una alteración en el lenguaje de los niños, las relaciones sociales en la infancia y a los procesos cognitivos presentes en las primeras etapas de vida. Por último, Bleuler (1985) utilizó por primera vez el término autismo para referirse a este mismo como un trastorno del pensamiento, que se presenta en un grupo de pacientes esquizofrénicos. Por el contrario, ese síntoma no se aplicaría en el autismo infantil, pues esta condición solo se aplicaría en adultos que poseían regresiones a un nivel psíquico inferior.